jueves, 23 de julio de 2009

Democracias versus Aristocracias, o Idoneidad y probidad versus Patanería



Vista general de la Acrópolis de Atenas

Históricamente, hay actitudes de los pueblos, que solo pueden entenderse, después de evaluar su cultura y su contexto. Algunas actitudes han surgido como producto de una refinada cultura, otras de una arraigada o no reconocida barbarie, o de una individualidad rayana en la indiferencia o la apatía. El mundo, desde los helenos en adelante conoció la aristocracia y la democracia en distintos niveles de valores y también los dictadores militares y civiles. Nunca estuvo libre de traidores, ni de patanes; los canallas siempre estuvieron al acecho y los hombres virtuosos siempre fueron menos.
Así, desde el origen de los tiempos, los pueblos se avasallaron entre si para lograr un botín que nadie jamás consiguió llevarse tras la muerte. Y después de miles de años de existencia sigue igual, con aristocracias, democracias y dictaduras y si algo en algún momento, presenta alternativas positivas para la humanidad, pasa siempre por la probidad de un gran hombre o de un grupo de grandes hombres, que portadores de un intelecto avanzado y un espíritu superior, logran imponer los intereses de la humanidad por sobre los suyos propios. De ahí el tremendo valor para el hombre de una formación adecuada que le permita en todo momento, utilizar aquello que vulgarmente llamamos, el sentido común.
Por eso hay algo que no puedo comprender:
Si para construir nuestras casas, buscamos a un arquitecto y lo pretendemos "bueno". Para hacer un puente seleccionamos a los "mejores" ingenieros, y para curar una enfermedad buscamos siempre a un medico "competente". Por qué, para gobernarnos - explicable o inexplicablemente - terminamos aceptando a cualquier Patán.
Cuando tenemos suerte, solemos disfrutar cuatro años de esperanza y cuando no tenemos suerte, inevitablemente perdemos cuatro años mas de vida. Porque cada cambio de gobernante es un cambio de timón hacia la incertidumbre, ya que viajamos en un barco al cual jamás le fijamos el rumbo. Se lo fija el capitán, y sus piratas, y nosotros los acompañamos como tripulantes mudos y contemplativos al incierto destino de la ocurrencia o la conveniencia. ¿A que se debe esto?
¿Que tipo de selección realizamos en democracia para asegurar la idoneidad y probidad de quienes nos gobiernan?- ninguna-
Si "el pueblo no delibera ni gobierna, sino ha través de sus representantes" ¿Por qué aceptamos que sean los partidos políticos, (generalmente centro de contubernios y arreglos espurios) quienes seleccionen a esos representantes?
¿De qué manera un senador, un diputado o un concejal "nos representa", si ni siquiera participamos en su selección, sólo lo hacemos en su elección sobre una selección finiquitada?.
¿No deberíamos solicitar un sistema selectivo diferente, que nos asegure la idoneidad del seleccionado? y además, surge inevitable la pregunta: ¿Hay hombres idóneos en la política?, ¿Debemos suponer siempre que sí? Y si no los hubiera, ¿no deberíamos exigir que los hombres se preparen para gobernar? y ¿que seria prepararse?
A ver, imaginemos... una Universidad Nacional, donde todo aquel que aspire a gobernar rinda un exhaustivo examen de ingreso, cualquiera fuera su clase social y vaya superando etapas y adquiriendo conocimientos. Sobre un programa preparado por hombres no solo idóneos, sino también probos, que debería ser aprobado por concurso abierto, y que fijara con claridad que es lo que quiere el pueblo en la política interna y la internacional. Metas, metas que nos haga vivir una vida con sentido, sabiendo que avanzamos hacia algo que puede ser difícil pero que es lo que queremos para la nación. Y que si no lo logramos nosotros con nuestro esfuerzo y trabajo, lo lograran nuestros hijos o nuestros nietos, porque existe un objetivo a lograr que vale nuestro sacrificio.
Y ese programa debería contener Ética, Filosofía, Religión, Historia, Literatura, Ecología, Física, Matemáticas, etc. ¿Por qué tanto? pues, porque quien aspira a gobernar a otros hombres debe estar preparado - ser mejor - que aquellos a quienes gobierna. Y para ser mejor no basta estar instruido en una determinada disciplina científica o social, sino ser adecuadamente educado en un amplio espectro de conocimientos que le permitan tomar decisiones pensando siempre en "la vida" y en "el hombre" como máximas prioridades.
Hombres a los que les podamos enseñar que hay algo mas que números en las determinaciones económicas (hay seres humanos adentro). Y mucho mas que la posibilidad de hacer fortuna en un puesto político determinado. Hombres a los que podamos observar superando etapas de acuerdo a su preparación, para concejal, diputado, senador, embajador, presidente. Hombres a los que podamos elegir y no optar como hasta ahora y que eventualmente podamos juzgar por mala praxis, porque tendríamos parámetros para medir y demostrar. Hombres que no pudieran mantenerse viviendo en la abundancia injustificada después de haber arruinado a un país y a su gente.
Si vamos a la historia veremos que en Grecia, la palabra democracia se acuño con la palabra "pueblo" y la palabra "autoridad", así como la palabra aristocracia se había acuñado con las palabras "fuerza" y "el mejor". Pero en la democracia griega, "el pueblo" eran los ciudadanos "aptos", ni los esclavos, ni los extranjeros participaban de las decisiones, (no existía el voto prebendario). Solo lo hacía el ciudadano que estaba preparado para hacerlo y lo hacía de frente a todos y a viva voz, se comprometía con su decisión y si de esa manera solía imponerse la idea del mejor orador, no podía ser un acto irresponsable, porque si la idea resultaba buena para el pueblo, este le concedía la gloria, pero si resultaba mala, era el fracaso y el destierro, SIEMPRE SE PAGABA - ¡Así de simple!
Pero bueno, los Griegos, eran hombres de tan grandes valores, que llegaron a ponerle reglas éticas a la guerra (en las anfictionías o ligas de ciudades). Comparen esto con las actitudes de algunas de las mas poderosas democracias del mundo de hoy. Y con la nuestra.
A veces me pregunto: ¿Será por eso que se enseña mal la historia? y por preguntarme esta y otras cosas durante mi vida, pertenezco a la especie que queda abajo del barco. Maestros en flotar y sobrevivir con lo mínimo, y es una lastima, porque algunos de nosotros -sino todos- sabemos fijar un rumbo hacia LA VIDA, donde se encuentra la única, la verdadera, LIBERTAD.
 
Pedro Lapido Estran
Poeta y Escritor Argentino.
Director/Web master de: www.elarcadeple.com o www.pedrolapidoestran.com

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